martes, 27 de noviembre de 2007

Consumo de alcohol en escolares se vuelve una moda:



Vamos a tomar una chelita


El parque Almagro. Para muchos, un parque destinado a la entretención y el descanso, como también un lugar que es visitado por turistas y muy característico de la capital. Sin embargo, éste no siempre es usado para la recreación, sino que además de ser un centro de reunión para protestas, se ha transformado en un territorio en donde grupos de estudiantes de media y básica se juntan en las tardes para consumir alcohol.
Los menores de edad cada vez más se adelantan a sus etapas correspondientes, sólo basta con poner de ejemplo la noticia que dio vuelta el país hace unas semanas, denominada “Wena Natty”. Que trata de una adolescente ebria que le practica sexo oral a un amigo en un parque ubicado en la comuna de La Reina.

Esta problemática se repite en el Parque Almagre, ubicado a un costado de la calle San Diego en la comuna de Santiago. Este lugar es rodeado por muchas universidades y colegios. De lunes a viernes se pueden ver pequeños grupos de escolares consumiendo alcohol. Los viernes son los días en donde frecuentan más los carretes juveniles. Escolares y universitarios están tirados en el pasto muertos de la risa hasta pasado las siete de la tarde.

Germán Moyano , estudiante del Colegio Excelsior ubicado en la calle República, tiene 15 años y cursa primero medio. Es uno de los tantos menores que estaban tomando alcohol un día Viernes cerca de las cinco de la tarde. Cuenta medio avergonzado que sólo viene a pasarlo bien con sus compañeros, y respecto a la gravedad del caso, no lo toma en cuenta. Sus padres no lo saben y les miente diciéndoles que está en la casa del guata haciendo un trabajo para el lunes. Su compañera Isidora se ríe incansablemente mientras Germán habla.

En la calle San Ignacio está la botillería en donde ellos compran el alcohol. El dueño se niega y afirma que no ha vendido nada a menores de edad. Cada vez para vender pide carné. Declaración que es contradictoria porque Germán dice que no pide carné, “Es re piola el que nos vende”, afirma sonriendo.

Al frente del parque están los puestos de venta de libros usados. Doña María Teresa, dice haber visto menores muy curados tomando locomoción en el paradero, hasta el punto que un día una niña de no más de 16 años le pidió baño y Doña María Teresa se lo negó porque venía muy pasada de trago. Posteriormente vomitó al lado de su puesto, la ayudó hasta que pudo recuperarse para que estuviera en las condiciones necesarias para irse a su casa. Algunas personas que viven por allí cerca afirman que es un tema muy grave y que nadie se hace cargo del asunto, muy pocas veces seguridad ciudadana vigila el parque.

Enrique García, jefe de seguridad de la Municipalidad de Santiago de Paz Ciudadana, no se asombra porque sabe que este parque es foco de ingesta de alcohol en menores de edad, es un sector más vulnerable y hay un control más permanente de tal manera de prevenir. En el evento de sorprender a los menores tomando, dan aviso por radio a carabineros, porque trabajan en forma conjunta. Carabineros son los funcionarios competentes, porque la institución es de origen municipal. Carecen de competencia para retener o detener a menores de edad y en especial hoy que impera la nueva reforma procesal penal y la ley de responsabilidad penal juvenil. La mayoría de las veces llaman a sus padres y son multados dependiendo de la falta. No hay que olvidar que es delito tomar en la vía pública.

Respecto a los colegios, comentan que los estudiantes una vez que salen del establecimiento no son responsables de sus actos. La responsabilidad está en los padres y en la confianza que tengan con sus hijos. Claramente en los consejos de curso se hacen de vez en cuando charlas para la prevención de drogadicción, además de dar educación sexual. No les sorprende que algunos de sus estudiantes vayan a tomar después de clases. Se les escapa de sus manos.

Todo esto, en la sociedad genera una pregunta en común, y es porqué la juventud se comporta así. Desde una mirada psicológica, Alejandro Fernández psicólogo, explica el por qué de esta conducta. Dice porque existen demasiados modelos sociales validados por los medios de comunicación, en donde se privilegia el adolescente desinhibido con conductas propias de la adultez. El mercado privilegia la venta de alcohol accesible y a bajo costo, sin olvidar el escaso control social sobre las bebidas alcohólicas. Además el adolescente muchas veces hace estas cosas para ser aceptado por sus compañeros y además para que se sienta identificado por un grupo determinado.

No sólo Germán toma después de clases generalmente, son muchos más los que adquirieron esta conducta, cuyos padres no están al tanto de lo que hacen sus hijos y están seguros de que están a salvo ya sea en una casa de algún compañero o en el mismo colegio.

Son las 19:36 en el Parque Almagro. Germán y algunos amigos recién caminan al paradero risueños, medios mareados. En la esquina pasa un carabinero en moto, los mira y no hace nada al respecto. Germán sube al autobús para dirigirse a su hogar ubicado en la comuna de La Cisterna.