viernes, 14 de diciembre de 2007

El rey de los libros usados:


De la luma a la pluma



Si bien no es sencillo imaginarse las letras junto a los uniformes. Luis Rivano ex carabinero, un amante de la literatura y la dramaturgia se une a esta particularidad. Él mismo comenta la rareza de su caso en el prólogo de una de sus novelas, “No me van a decir que no es extraño el hecho de que un carabinero, raso todavía, se mande al pecho, siendo analfabeto, una novela casi bien escrita”Hoy, él y parte de su familia atienden en la mina de oro que sustenta el hogar, su librería, ubicada en San Diego #111.


Un anciano de 75 años de ojos azules, cabello medio canoso, con cinco hijos ya mayores, separado y muy feliz es Luis Rivano que desde pequeño le gustó leer. Sin embargo, nunca pensó que podía llegar a escribir. Nació en 1933 en la región de Cauquenes y sus estudios llegaron sólo hasta primero medio. A sus 18 años viajó a Santiago para hacer el servicio militar y fue así que después fue carabinero durante once años. Sólo once años porque lo expulsaron, debido al nacimiento de su primera novela llamada “Esto no es el paraíso”, en donde relata la vida de los policías detrás de su uniforme. “Los hombres que realmente son, con todos sus defectos y vulgaridades”, afirma con el dedo índice apuntando. Una visión realista y sin atenuantes, un libro no muy extenso pero sin pelos entre páginas. Su camino como escritor se inició un día con una subasta que organizó un cuartel de policía en la que Rivano compró una máquina de escribir. Muy seguro y entusiasmado la instaló en su casa, la miró, se sentó frente a ella y abrió el rumbo de la literatura en su vida sin pensar. Desde este instante se propuso ser escritor. “Aún recuerdo ese día y lo que pensé”, dice con la mirada perdida en su librería remontada de libros como hurgando en su memoria. Fue este día en que Luis Rivano se encontró con Rivano el escritor. No mucho tiempo después le dijo a un compañero bromeando que estaba escribiendo una novela sobre un suboficial, luego su compañero y algunos más se le acercaban para preguntarle cómo iba la novela, “fue así que metí en el rollo” dice sonriendo.

Ya acabado el libro sus amigos le recomendaron que enviara “Esto no es un paraíso” a un concurso, postuló y obtuvo el tercer lugar. El primer lugar lo obtuvo Lafurcade con “Novela de navidad”. El premio de Don Luis consistía en que la editorial Zig-Zag publicara el libro, lo que le pareció estupendo. Sin embargo, el entusiasmo le duró hasta que le pidieron que le cambiara el título de la obra y alguno que otro detalle porque podría causar problemas en la Dirección General de Carabineros. Rivano se negó a las exigencias por lo que le devolvieron el libro, éste quedándose sin editorial ni oficio como carabinero. Se sintió volando en el aire buscando alguna solución al caos que le había ocurrido, fue así que sin pensar agarró sus libros y una colección personal para abrir una librería. Llamó a un amigo que podía arrendarle un local en San Diego pagándole a largo plazo. Fue así que armó una pequeña librería. En ningún momento se llegó a arrepentir, al contrario su afán por ser escritor estaba más latente aún.

Lanzó su propia editorial apoyado por su familia y algo de dinero que tenía ahorrado. “Nadie edita a nadie a menos que éste sea un vendido. O lo editan y publican sólo si el autor sirve para el sistema que ellos defienden”, dice muy seguro y con dejo de tono crítico acomodándose en su silla detrás del mostrador. Es así, que sin duda se transformó en el rey de los libros usados, debido a que hoy posee cuatro librerías en San Diego. Tres de ellas están cerradas y les sirve como bodega de libros, sólo una está abierta de lunes a sábado desde las 9 de la mañana hasta las ocho de la tarde. En la cual atienden su ex mujer Ana Luisa Mutreta de 75 años y su hija Ana María Rivano de 52.

Luis tiene cinco hijos; Graciela de 48 años, Octavio de 49, Marcela de 51, Ana María de 52 y Marcos de 53. Los que trabajan con él es Octavio por necesidad, Graciela porque hace muy poco se separó y Ana María porque es su brazo derecho.

Ana María tiene dos hijos y se casó a los 17 años, no terminó la escuela y trabaja con su padre desde los diez. Es una mujer que representa no más de 30 años y siente una gran admiración por su padre. En la librería ejerce el rol de la contabilidad. “Soy el aterrizaje de mi vejo, sin mí y mi mamá, estaría el despelote”, dice mientras arregla unos libros.

No le encuentra nada malo a su padre, siempre busca una justificación para todos los errores de él. A pesar de que fue siempre un mujeriego y muy bohemio lo quiso. Siempre en la casa no había de nada. Su padre prefirió la aventura, en vez de comprar comida para la casa, se gastaba el dinero en libros o algo que satisficieran el afán que tenía por la literatura. Siempre recuerda el día en que lo expulsaron de carabinero. Llegó a la casa temprano, como nunca, casi todos los días llegaba tarde porque quizás andaba con una mujer o se iba a tomar con sus compañeros, la saludó y le pidió la frazada de castilla, una manta para el frío del uniforme policial, se la entregó y le preguntó que qué pasaba y él con voz serena responde quédese tranquila. La frazada la estiró en el piso y comenzó a sacarse allí mismo el uniforme. Ana María, lo miraba con ojos de pregunta y en ese instante su padre la mira, le sonríe y le dice, “Desde hoy mijita no pasamos más hambre”, Ana María mientras dice esta frase se ríe afirmando que después de aquel episodio pasaron más hambre que nunca. Pero, con el paso de los años lo ha entendido perfectamente. “Que lata saber que mi papá nunca hubiera cumplido su sueño, para qué tenerlo paco y más encima frustrado”, cuenta mirando a su madre que está sentada al frente de ella bebiendo Coca-Cola.

Ana Luisa Mutreta Valencia, ex mujer de Rivano, una señora de cabello canoso pero muy bien arreglado, de piel blanca como la nieve, robusta y vestida muy decente. Trabaja junto a él a pesar de su separación hace casi 25 años. Los dos aseguran tenerse mucho cariño. Es una relación muy particular. El dramaturgo convive con su pareja hace 12 años llamada Norma. Nunca han pasado una navidad separados, para los dos la familia es lo primero y lo más sagrado.

Doña Luisa cuenta que se casó muy enamorada del padre de sus cinco hijos. Sin embargo, él era un hombre muy apuesto, las mujeres siempre andaban a la siga suya y además era y es muy mujeriego. “Yo desde un principio asumí que no sería la única, él fue siempre un amante de las mujeres y la aventura, pero lo amaba y sería la única esposa, quizás la más importante”, dice muy relajada. Ana luisa siempre supo que llegaría el día de la separación. En cuanto se independizaran todos sus hijos se iría de la casa, y así fue. En el momento en que se casó el menor a los 19 años, Don Luis asistió a la boda y después de la misa no se apareció por una semana, fue en ese momento cuando Doña Luisa supo que había llegado el día.

Es así que terminó su relación amorosa, pero no se divorciarán nunca. Él le asegura que es la mujer de su vida y la única madre de sus hijos, pero no puede estar con ella debido a su debilidad. A doña Ana Luisa tampoco le interesa vivir nuevamente con él, nunca sintió la separación porque tampoco nunca estuvo en la casa, siempre estaba afuera y llegaba a altas horas de la noche. Es la única en la cual el escritor ha depositado la confianza, todas las propiedades y bienes están al nombre de ella.


El otro mundo de “paco” Rivano el escritor

Luis Rivano lleva en la sangre San Diego, es de la plaza almagro de calabozos y comisarías. Un bohemio, pasaba todo el tiempo libre en San Diego. En el transcurso del día se paseaba por las librerías y al llegar la noche visitaba los bares del sector con amigos. Regularmente iba al Bar de Juanito donde bailaba y se lo tomaba todo. Es exactamente de este mundo donde le fascina relatar sus historias y sacar sus personajes. De la clase media ni escribir, son aburridos y falsos para él.

Le apasiona sacar sus historias de la clase media, del bajo mundo o del Hampa, no sólo porque lo conoce, sino porque le gusta la visión de mundo de esta gente. Estos, según él, tienen mucho más que contar. Tienen otro sentido de vida. El lenguaje del escritor y dramaturgo es realista, tal cual como suenan las cosas, sin pelos en la lengua.

Alberto Fuguet, escritor, crítico de arte y periodista, describió a Luis Rivano junto a Armando Méndez Carrasco, alias Juan Férula y Alfredo Gómez Morel, ex-presidiario, como héroes de la ficción en papel roneo nacional, ese papel bien rasca, áspero y café, que se usa para hacer copias a máquina. De esta forma, alude al coraje de los autores proletas que autoeditaban sus propias obras, historias llenas de sexo, violencia, droga, machismo, cuchillos y honor que luego vendían, como literatura barata, de consumo, en cafés y bares, porque estas novelas mal armadas y amarillentas, sólo pueden encontrarse en tiendas de libros usados.

Luis Rivano se declara ya un viejo, pero eso no quita que pueda seguir siendo igual de aventurero, amador de la escritura y la dramaturgia. Su cuerpo puede envejecer. Sin embargo, su mente nunca lo hará.





miércoles, 12 de diciembre de 2007

El nuevo periodismo está en las calles:

Reporteros Cuidadanos


El periodismo está experimentando cambios con sus audiencias. Un nuevo suceso que ha nacido los últimos años y ha cambiado la visión tradicional que se tenía respecto el ámbito de las comunicaciones. Este cambio es denominado “Periodismo ciudadano” o Participativo. Esto permite que personas comunes y corrientes independientes de su status social o profesión que tenga puedan opinar, escribir, informar respecto al tema que quieran en Internet, así dejando de ser una audiencia pasiva y pasar a ser completamente activa, enriqueciéndose mutuamente con el periodista. El pilar fundamental que ha dado pie a que se produzca este fenómeno social es el Internet. Es a través de este medio que las audiencias han podido expresarse de manera más directa y evidente.
Todo comenzó con Oh Yeon Ho, un periodista coreano, que en el año 2000 creó un sitio web en donde permitió que las personas de Corea pudieran publicar noticias reporteadas por ellos mismos, esta iniciativa se propagó rápidamente por todo el mundo. Así posteriormente nació “Oh my news”, un periódico electrónico nacional que después se transformó en el mayor exponente mundial del Periodismo Participativo. Hoy en día este tiene reporteros ciudadanos de todo el mundo obteniendo gran fama mundial.
Así, paulatinamente los medios se han visto obligados a crear sitios en Internet de participación activa para sus audiencias. Por ejemplo los diarios conocidos en nuestro país como LUN, El Mercurio, tienen en Internet espacios para la gente. Como también los canales nacionales. Un suceso que poco a poco abre más instancias para la participación. Más adelante, sin duda, existirán bastantes más instancias dentro de Internet de participación ciudadana, hasta el punto que tendrán el mayor dominio de éste. Han nacido diarios cibernéticos que sus reporteros son ciudadanos, como por ejemplo el Morrocotudo.
Con esto el periodismo no debe sentirse amenazado, todo lo contrario, no ha venido a reemplazar la carrera sino para complementarse con las áreas comunicativas y para hacer posible el derecho a la expresión, opinar y reflejar lo que se piensa.

martes, 27 de noviembre de 2007

Consumo de alcohol en escolares se vuelve una moda:



Vamos a tomar una chelita


El parque Almagro. Para muchos, un parque destinado a la entretención y el descanso, como también un lugar que es visitado por turistas y muy característico de la capital. Sin embargo, éste no siempre es usado para la recreación, sino que además de ser un centro de reunión para protestas, se ha transformado en un territorio en donde grupos de estudiantes de media y básica se juntan en las tardes para consumir alcohol.
Los menores de edad cada vez más se adelantan a sus etapas correspondientes, sólo basta con poner de ejemplo la noticia que dio vuelta el país hace unas semanas, denominada “Wena Natty”. Que trata de una adolescente ebria que le practica sexo oral a un amigo en un parque ubicado en la comuna de La Reina.

Esta problemática se repite en el Parque Almagre, ubicado a un costado de la calle San Diego en la comuna de Santiago. Este lugar es rodeado por muchas universidades y colegios. De lunes a viernes se pueden ver pequeños grupos de escolares consumiendo alcohol. Los viernes son los días en donde frecuentan más los carretes juveniles. Escolares y universitarios están tirados en el pasto muertos de la risa hasta pasado las siete de la tarde.

Germán Moyano , estudiante del Colegio Excelsior ubicado en la calle República, tiene 15 años y cursa primero medio. Es uno de los tantos menores que estaban tomando alcohol un día Viernes cerca de las cinco de la tarde. Cuenta medio avergonzado que sólo viene a pasarlo bien con sus compañeros, y respecto a la gravedad del caso, no lo toma en cuenta. Sus padres no lo saben y les miente diciéndoles que está en la casa del guata haciendo un trabajo para el lunes. Su compañera Isidora se ríe incansablemente mientras Germán habla.

En la calle San Ignacio está la botillería en donde ellos compran el alcohol. El dueño se niega y afirma que no ha vendido nada a menores de edad. Cada vez para vender pide carné. Declaración que es contradictoria porque Germán dice que no pide carné, “Es re piola el que nos vende”, afirma sonriendo.

Al frente del parque están los puestos de venta de libros usados. Doña María Teresa, dice haber visto menores muy curados tomando locomoción en el paradero, hasta el punto que un día una niña de no más de 16 años le pidió baño y Doña María Teresa se lo negó porque venía muy pasada de trago. Posteriormente vomitó al lado de su puesto, la ayudó hasta que pudo recuperarse para que estuviera en las condiciones necesarias para irse a su casa. Algunas personas que viven por allí cerca afirman que es un tema muy grave y que nadie se hace cargo del asunto, muy pocas veces seguridad ciudadana vigila el parque.

Enrique García, jefe de seguridad de la Municipalidad de Santiago de Paz Ciudadana, no se asombra porque sabe que este parque es foco de ingesta de alcohol en menores de edad, es un sector más vulnerable y hay un control más permanente de tal manera de prevenir. En el evento de sorprender a los menores tomando, dan aviso por radio a carabineros, porque trabajan en forma conjunta. Carabineros son los funcionarios competentes, porque la institución es de origen municipal. Carecen de competencia para retener o detener a menores de edad y en especial hoy que impera la nueva reforma procesal penal y la ley de responsabilidad penal juvenil. La mayoría de las veces llaman a sus padres y son multados dependiendo de la falta. No hay que olvidar que es delito tomar en la vía pública.

Respecto a los colegios, comentan que los estudiantes una vez que salen del establecimiento no son responsables de sus actos. La responsabilidad está en los padres y en la confianza que tengan con sus hijos. Claramente en los consejos de curso se hacen de vez en cuando charlas para la prevención de drogadicción, además de dar educación sexual. No les sorprende que algunos de sus estudiantes vayan a tomar después de clases. Se les escapa de sus manos.

Todo esto, en la sociedad genera una pregunta en común, y es porqué la juventud se comporta así. Desde una mirada psicológica, Alejandro Fernández psicólogo, explica el por qué de esta conducta. Dice porque existen demasiados modelos sociales validados por los medios de comunicación, en donde se privilegia el adolescente desinhibido con conductas propias de la adultez. El mercado privilegia la venta de alcohol accesible y a bajo costo, sin olvidar el escaso control social sobre las bebidas alcohólicas. Además el adolescente muchas veces hace estas cosas para ser aceptado por sus compañeros y además para que se sienta identificado por un grupo determinado.

No sólo Germán toma después de clases generalmente, son muchos más los que adquirieron esta conducta, cuyos padres no están al tanto de lo que hacen sus hijos y están seguros de que están a salvo ya sea en una casa de algún compañero o en el mismo colegio.

Son las 19:36 en el Parque Almagro. Germán y algunos amigos recién caminan al paradero risueños, medios mareados. En la esquina pasa un carabinero en moto, los mira y no hace nada al respecto. Germán sube al autobús para dirigirse a su hogar ubicado en la comuna de La Cisterna.

martes, 25 de septiembre de 2007

San Diego con piernas


La diversidad de San Diego es enorme. En la entrada están los libros, un par de cuadras más adentro están las multitiendas, luego las bicicletas y los computadores. Sin embargo lo que menos se conoce de este barrio son los cafés con piernas, hay sólo tres locales y son frecuentados generalmente por los mismos comerciantes del barrio.

Verónica de 28 años trabaja hace siete años en el café Ya Han que se encuentra en la calle Tarapacá con San Diego. Este es un café- Cabaret, lo que quiere decir que en el día no se hacen desnudos, se vende sólo café a sus clientes y se debe atender detrás de la barra. Verónica llega a las 12:00 horas y trabaja hasta las 21:00 horas que es el cambio de turno. Le gusta trabajar allí porque encuentra que es un trabajo muy relajado y que le permite estudiar de noche. Ella estudia una carrera técnica y lo único que desea es terminar rápidamente sus estudios para poder mantener completamente a sus cinco hijos, porque actualmente se los cuida su madre y también le ayuda a pagar sus estudios.

En el día, primer turno, sólo trabajan cuatro chicas que viven una similar situación a la de Verónica. Todas estudian y muchas ocultan su trabajo a sus familiares. Con vestimentas que no alcanzan a cubrir mucho, más bien parecida a ropa interior, pero muy pequeña, de color negro. Un material parecido al cuero. El pago es a través de honorarios, no tienen sueldo base.

Los clientes no son muchos en el día y parecen no faltar el respeto a las chicas. El café no está autorizado por ley desde el 2002 a que estén fuera de la barra, que no haya desnudo, sin shows ni bailes eróticos. No pueden hacer nada de lo que no esté permitido en la patente municipal. Doña Irma quien es cajera y muy amiga de la dueña, cuenta que muchas veces llegan carabineros no uniformados para realizar una inspección del café. Si llegaran a encontrar una falta de las ya nombradas el lugar podría ser clausurado.

Sin embargo en la noche cambia todo el escenario. Los turnos de día terminan y llegan nueve chicas, las luces se bajan y se repleta de hombres.

En las noches se presentan shows de desnudos en un escenario en el cual muchas veces los hombres tratan de subirse desesperados, muchos están borrachos y quieren propasarse con la bailarina. Según Carolina que trabaja de noche y muchas veces le ha tocado bailar, “Es difícil controlar la situación”. La mayoría de las que trabajan ahí dicen realizar aquel trabajo por necesidad y no porque les agrade. El ambiente no es muy acogedor y muchas son rivales. La envidia a veces inunda. Algunas mojan el traje de la que le toque bailar para que no salga al escenario, pero eso es poco. Porque bastantes veces la situación ha llegado a mayores y algunas han alcanzado el punto de golpear a sus compañeras por sólo tenerles envidia.

En el café la selección de las mujeres que trabajan son elegidas por la dueña, llamada Tai Chan Li de nacionalidad japonesa. No se eligen mujeres pasadas de kilos y se pide como requisito sacar en algún hospital la credencial aprobada de sanidad. Debido que en las noches hay privados. Lo que quiere decir que pueden tener relaciones sexuales en el local. Aunque este acto esté penado por la ley.

Según Irma dice que las que trabajan aquí son muy audaces y saben que hacer cuando llega un carabinero. Siempre se las arreglan para que no las pillen.

El local cierra a las cuatro de la mañana y es muy difícil hacer que los hombres se vayan. El horario es permitido por la ley.

Después de una noche agitada todas las mujeres quedan exhaustas, muchas se quedan a dormir para esperar a que amanezca y a las 12:00 horas nuevamente abre el local para comenzar un nuevo día.

sábado, 8 de septiembre de 2007

El ayer y hoy del Teatro Cariola


Debido a afanes de encontrar un escenario en donde actuar para que se presentaran compañías del teatro chileno que en su época eran negadas por el esplendor del cine sonoro y movimientos juveniles de la época nació el teatro Cariola ubicado en San Diego 246.

En 1954 muchos chilenos ayudaron a que naciera un teatro propio cooperando con pequeñas ayudas. El gobierno con la Municipalidad de Santiago fueron también muy importantes para que este teatro cobrara vida. Comenzó con una capacidad de 1.100 butacas entre platea baja y alta. Hoy es el Cariola un edificio de cinco pisos en donde se encuentra una sala más chica de 150 butacas inaugurada con el nombre de Talía, hoy Alejandro Flores.

Un sueño hecho realidad es este edificio que ya tiene 53 años de vida entregando miles de espectáculos y dejando recuerdos tan apreciados por algunos santiaguinos.

Es un pivote cultural el Cariola en medio de de un verdadero mercado comercial que cada día se expande con características más sofisticadas. Esto significó, precisamente un cambio notorio en un barrio que se caracterizaba por su bajo nivel social y cultural. En cierta forma el teatro dignificó a San Diego, se volvió distinto, cambió su status social y otros comenzaron también a construir. Se levantaron el edificio del teatro Roma al lado del Cariola, al frente el Guendelman construyó la sala Mistral y pronto en la misma cuadra habría tres teatros más. Cariola fue el impulso del progreso del popular barrio San Diego.

Antes un teatro con platea, palcos balcones y galerías donde el público gozaba con el espectáculo que les ofrecían sus artistas favoritos. Hoy las localidades de lunetas, anfiteatro ya no se usan. Y el Cariola sólo se asimila al rostro de los más viejos santiaguinos.

Para que éste no pase a ser un simple centro cultural, el Cariola fue remodelado. Se instaló aire acondicionado, se cambiaron las butacas y ofrece shows de primera. Lo mejor de todo es que el Cariola se ha reunido con otras compañias de teatro para montar obras gratuitas para expandir la cultura a los sectores sociales más necesitados. Un teatro que aún no se esfuma entre los tantos recuerdos y pretende perdurar por mucho más.

Una vida rodeada de libros


El único negocio de libros abierto un día Domingo en la mañana, tipo 10:30, justo a un costado de los juegos Diana en la calle San Diego. Era el de la doña María Teresa. Se encontraba bastante abrigada, con un gorrito gris, una chaleca gris, su falda también gris y unas botas negras. Estaba bastante fresco y muy apagado el día. Los Domingos generalmente no se trabaja en el barrio de San Diego. Sin embargo la señora María Teresa si, dando como razón que la necesidad está primero que el descanso y es necesario trabajar de lunes a lunes desde las 10:00 de la mañana hasta las 7:00 de la tarde aproximadamente.

El local se llama “La Iliada, La Odisea” porque la vida es mitad verdad mitad mentira afirma. Es un local pequeño repleto de libros nuevos y usados. Trabaja ahí hace 20 años junto a su amiga y socia llamada María Luz Ramírez de 61 años, que por lo demás no andaba de buen humor ese día Domingo. Estaba muy enojada porque la venta estaba floja y afirma que el Transantiago es el culpable, porque antes llegaba mucha locomoción y hoy ya no llega nada.

Ya con 55 años doña María Teresa ha trabajado toda su vida desde los 13 años. Su primer trabajo fue en calzado más bien llamado “aparado” que consiste en coser el zapato y armarlo. Tiene 3 hermanos, dos mujeres y un hombre y aún están vivos. Ella vive junto a su madre de 77 años que quedó viuda a los 27 años. El padre de la Señora María Teresa murió de un accidente. Ella tiene muy buenos recuerdos de él, aunque sean pocos porque era muy pequeña. Lo que más se le viene a la mente es que su papá llegaba todos los días con caramelos porque le encantaba el chupete. Afirma que su infancia fue muy linda junto a su madre “Ella es una mujer muy alegre y dinámica”, dice.

Es soltera y no tiene hijos, aunque según ella fue muy polola pero nunca estuvo en sus proyectos el casarse. Siempre ha querido estar junto a su madre y no le interesa nada más. Es feliz así, aunque el trabajo se ponga monótono. Le encanta leer y así se entretiene o por último pensar, pero según ella ese es el último recurso.

Mientras su socia y amiga le hace cariño a su perrita podle negra llamada Bebé, que las acompaña todos los días, la señora María Teresa vende el libro “Elegí vivir” a un hombre que le pide una rebaja y ella se la niega. Sin embargo él lo compra. Ella se pone media contenta por ser la primera venta del día, siendo las 12:00 en punto.