
Debido a afanes de encontrar un escenario en donde actuar para que se presentaran compañías del teatro chileno que en su época eran negadas por el esplendor del cine sonoro y movimientos juveniles de la época nació el teatro Cariola ubicado en San Diego 246.
En 1954 muchos chilenos ayudaron a que naciera un teatro propio cooperando con pequeñas ayudas. El gobierno con la Municipalidad de Santiago fueron también muy importantes para que este teatro cobrara vida. Comenzó con una capacidad de 1.100 butacas entre platea baja y alta. Hoy es el Cariola un edificio de cinco pisos en donde se encuentra una sala más chica de 150 butacas inaugurada con el nombre de Talía, hoy Alejandro Flores.
Un sueño hecho realidad es este edificio que ya tiene 53 años de vida entregando miles de espectáculos y dejando recuerdos tan apreciados por algunos santiaguinos.
Es un pivote cultural el Cariola en medio de de un verdadero mercado comercial que cada día se expande con características más sofisticadas. Esto significó, precisamente un cambio notorio en un barrio que se caracterizaba por su bajo nivel social y cultural. En cierta forma el teatro dignificó a San Diego, se volvió distinto, cambió su status social y otros comenzaron también a construir. Se levantaron el edificio del teatro Roma al lado del Cariola, al frente el Guendelman construyó la sala Mistral y pronto en la misma cuadra habría tres teatros más. Cariola fue el impulso del progreso del popular barrio San Diego.
Antes un teatro con platea, palcos balcones y galerías donde el público gozaba con el espectáculo que les ofrecían sus artistas favoritos. Hoy las localidades de lunetas, anfiteatro ya no se usan. Y el Cariola sólo se asimila al rostro de los más viejos santiaguinos.
Para que éste no pase a ser un simple centro cultural, el Cariola fue remodelado. Se instaló aire acondicionado, se cambiaron las butacas y ofrece shows de primera. Lo mejor de todo es que el Cariola se ha reunido con otras compañias de teatro para montar obras gratuitas para expandir la cultura a los sectores sociales más necesitados. Un teatro que aún no se esfuma entre los tantos recuerdos y pretende perdurar por mucho más.
En 1954 muchos chilenos ayudaron a que naciera un teatro propio cooperando con pequeñas ayudas. El gobierno con la Municipalidad de Santiago fueron también muy importantes para que este teatro cobrara vida. Comenzó con una capacidad de 1.100 butacas entre platea baja y alta. Hoy es el Cariola un edificio de cinco pisos en donde se encuentra una sala más chica de 150 butacas inaugurada con el nombre de Talía, hoy Alejandro Flores.
Un sueño hecho realidad es este edificio que ya tiene 53 años de vida entregando miles de espectáculos y dejando recuerdos tan apreciados por algunos santiaguinos.
Es un pivote cultural el Cariola en medio de de un verdadero mercado comercial que cada día se expande con características más sofisticadas. Esto significó, precisamente un cambio notorio en un barrio que se caracterizaba por su bajo nivel social y cultural. En cierta forma el teatro dignificó a San Diego, se volvió distinto, cambió su status social y otros comenzaron también a construir. Se levantaron el edificio del teatro Roma al lado del Cariola, al frente el Guendelman construyó la sala Mistral y pronto en la misma cuadra habría tres teatros más. Cariola fue el impulso del progreso del popular barrio San Diego.
Antes un teatro con platea, palcos balcones y galerías donde el público gozaba con el espectáculo que les ofrecían sus artistas favoritos. Hoy las localidades de lunetas, anfiteatro ya no se usan. Y el Cariola sólo se asimila al rostro de los más viejos santiaguinos.
Para que éste no pase a ser un simple centro cultural, el Cariola fue remodelado. Se instaló aire acondicionado, se cambiaron las butacas y ofrece shows de primera. Lo mejor de todo es que el Cariola se ha reunido con otras compañias de teatro para montar obras gratuitas para expandir la cultura a los sectores sociales más necesitados. Un teatro que aún no se esfuma entre los tantos recuerdos y pretende perdurar por mucho más.
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